lunes, 26 de mayo de 2008

Carta

Muy buenas:
No será esta carta una continuación de la última que te escribí. Creo que has de saberlo. Esto no va por capítulos ni nada de eso, esto va como yo quiero que vaya. Pensarás, "qué soberbio", y yo pensaré ¿acasó me interesa lo que piensas?. A lo que iba, que no te hablaré de la amistad ni de los amigos en esta carta. Quizá lo haga en la siguiente, o puede que en ninguna, o tal vez en todas... ya te digo, esto va como yo quiero que vaya. Antes de seguir, grábate esta frase en la cabeza, en el corazón, o en la punta de donde quieras "todo aquel que aprende a volar, a de aprender otra cosa más, a caer". Ahora, a partir de este punto comienza el propósito de esta carta, hundirte a preguntas, para que sepas lo que vales realmente. La primera en la frente, como dicen, ¿has aprendido a volar? sí, estoy seguro que sí. Es más, te he visto volar, con cara de felicidad al comienzo, después te fue cambiando, y ahora te crees uno de esos pájaros que nunca baja de su vuelo... pero la pregunta es ¿has aprendido a caer? No hace falta que lo pienses, ya te lo digo yo, te lo escribo con mayúsculas, para que no lo dudes. NO. Más preguntas. ¿Sabes lo que es el daño? ¿Sabes lo que es el dolor? ¿Sabes lo que es la envidia "cochina"? SÍ, te lo pongo con mayúsculas, SÍ sabes lo que es la envidia, porque tú, en-emigo desconocido, o muy conocido, la tienes, y en grandes cantidades. Sin embargo, no conces conoces lo que es el daño, porque lo haces, ni el dolor, porque nunca lo has sentido. ¿Sabes lo que es sentirse humillado? ¿Sabes lo que es pedir perdón? Más mayúsculas, NO, no lo sabes por la sencilla razón de que no has aprendido a caer. Muchacho, (no quiero volver a llamarte amigo), si en tu soberbia caben los consejos, acoje este que te mando, aoje este que te dice el que creía conocerse y no dudó un solo segundo en saltar... Vuela, disfruta de las vistas que desde alli arriba se deben tener, pero recuerda que las patas de un gorrión necesitan tocar el suelo, para descansar sus alas... . Tengo hambre, voy a cenar. Hasta otra, cuando yo quiera.

P.D:
También has de saber que no envidio tu capacidad de volar, el verdadero cielo lo tengo en los labios de quien me quiere.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

mi amor cuanta razón tienes! yo aprendí a volar y a caer,y aunque todavía me caigo porque no soy una esperta puedo decir orgullosa que he aprendido a levantarme sin rebajar a los demas para que se sintiesen inferior a mi.

tu me haces aprender estas cosas dia a dia. os quiero amigotesss.
musiquiatra,JB, hominidus cerveciriusramonciriusandgoriliums, mamaaa,y pequeeee os quiero un montos y gracias a todos por ser como sois y no ser como no deberias de ser un besicooo.

Anónimo dijo...

Apenas se volar, aunque caí y me tiraron muchas veces, aprendí a levantarme y seguir adelante, intento no hacer sufrir para conservar mi luz y seguir brillando.
Los que no brillan con su luz, por lo general tienen mala sombra.

Anónimo dijo...

Haaaaa! se me olvidaba! Acordaros! siempre os llevaré en mi corazón, seis almas y un solo corazón